sábado, 11 de enero de 2014

ESCRITORIO JURÍDICO VIRTUAL: MITO O REALIDAD

Encontrar a un abogado utilizando sólo Internet es casi ciencia ficción en Venezuela. Sin embargo, los despachos virtuales ya son una realidad en muchos países, principalmente en Estados Unidos, pioneros a la hora de utilizar las nuevas tecnologías para comunicarse con los clientes.
Aun así, Burton Law, la firma de referencia en este ámbito, no tiene más de cuatro de años de vida, por lo que la teoría sobre cómo montar un despacho online es todavía muy intuitiva. Es más, en nuestro país, no sólo no hay bufetes virtuales, sino que hay muy, pero muy pocos tradicionales que permitan contratar sus servicios a través de la Red, como ocurre con una agencia de viajes o una tienda de ropa, que pueden combinar los establecimientos físicos con un canal online.
De momento, este mercado se está abriendo a través de pequeñas plataformas que ofrecen servicios jurídicos de manera limitada: comparativas de precios, directorios de contactos o redes profesionales, que aprovechan que el 46% de los clientes de bufetes busca abogado a través de Internet.
Sin embargo, un verdadero despacho virtual “ofrece todo el servicio, desde la búsqueda del abogado hasta la contratación, el pago e incluso el control y el seguimiento del proceso legal.

Jóvenes emprendedores
A diferencia de Estados Unidos, donde las primeras iniciativas de bufetes online han surgido de reputados abogados que han utilizado su prestigio para establecerse en Internet, en Venezuela el cambio de modelo vendrá de la mano de jóvenes dispuestos a utilizar la Red como una oportunidad profesional, o bien de empresarios ajenos al mundo de la abogacía con ganas de invertir en un nuevo modelo de negocio.
Estas firmas online surgen de la necesidad de ofrecer asesoramiento legal de una manera sencilla y barata en casos estandarizados como, por ejemplo, los divorcios, que en algunos países ya se están automatizando.
Otra ventaja de contratar un bufete On line es  los precios respecto a un despacho tradicional pueden reducirse hasta un 45%, ya que el abogado, si bien necesita un lugar desde donde trabajar no tiene que hacer frente a los gastos que supone una sede preparada para recibir visitas en una de las zonas más exclusivas de la ciudad. Aun así, todavía hay que superar un gran obstáculo para que esta fórmula despegue definitivamente y se convierta en una alternativa real: la confianza del usuario. Expertos aseguran que ya existen comparadores que miden la reputación de los abogados y la calidad de su trabajo, similar a los que se han puesto de moda en sectores como el turismo, donde son los propios clientes quienes comparten su experiencia con otros internautas.

Riesgos
Si Internet es una oportunidad para los nuevos abogados, la transparencia y los estándares de calidad que exige también representan un desafío, que de no manejarse adecuadamente, pueden dar al traste con el bufete virtual.

La seguridad, la tecnología, el márketing, los contenidos, el tipo de servicio e incluso el ámbito geográfico donde se va a operar son elementos que hay que analizar. Aunque en países como en Estados Unidos los despachos virtuales ya han probado con éxito su modelo, en nuestro país, los expertos calculan que todavía habrá que esperar unos años para que estalle el boom de los negocios jurídicos online.